sábado, 5 de septiembre de 2009

Pensamientos - El Numero 3

Un papel en blanco, pero con el impetuoso deseo de describir como me siento. El texto de un amigo me dejó con el corazón acelerado, la adrenalina fluyen por mi torrente sanguíneo superada solo por la indómita fuerza de un rio, los latidos ya están sobre las 140 pulsaciones por minuto, las mismas a las que tengo llegar antes de entrenar... estoy agitado.

Un millón de cosas pasan por mi mente... Estoy en un proceso de aprendizaje muy intenso con muchos altibajos donde a veces quisiera salir corriendo -todo esta pasando muy rapido-templanza” así me dice una amiga muy querida, el tiempo me está enseñando a manejarla, pero allí estoy yo, toda una tormenta que necesita del caos generada por sí misma para aprender... Viviendo el mundo al máximo y disfrutando de cada momento, reviviendo cosas que pensé no viviría al menos no por ahora.

Intensidad. Solo puedo escucharme pensado una y otra vez, intentado descargarme a cada instante... parezco ajeno a lo externo, me estoy viendo por dentro, hay un letrero afuera que dice “NO MOLESTAR” ¿cómo hago para entenderme? –Buena pregunta- en ocasiones parece difícil formar parte de este mundo, soy de aquellos que piensa muchas cosas a las vez, es como experimentar visiones, es como ver mas allá de lo que muchos tienen la posibilidad de ver, es intuición, es sentir que en momentos vas un paso adelante cuando verdaderamente falta mucho por aprender, -es que nunca dejamos que aprender-

¿Cómo hago para equilibrarme?, ¿cómo hago para volver a la calma? Pienso en el número tres, el tres puede ser muchas cosas, tres son los años que tengo con mi primera tarjeta de crédito, tres es el número de copas que apareció en la carta cuando pregunte por el amor, tres es un número en el que estoy inmerso y más de lo que pensaba. El tres, tenía tiempo sin experimentarlo pero fue maravilloso, fue el calor, el sudor y las palabras en medio de toda aquella exaltación emanada. Fue el fluir de la sangre con brutales cargas de adrenalina pura... Esa que se siente al bajar de una montaña rusa, el corazón latiendo a millón con un placer indetenible, - es un vicio- no puedo parar.

¿Qué hacer? quiero volver a la calma, mis pensamientos van de lo reflexivo a lo sensorial. ¿Qué estoy pensado?, no ha pasado nada. Mi despertador sonó, todo fue un sueño. Hay que trabajar.

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